Si algo caracteriza al clima de nuestra ciudad es el mayor número de días soleados frente a los días nublados o con niebla. Lejos quedan los días de niebla de la capital aragonesa, Zaragoza, o la boina de contaminación que acompaña a los madrileños y que tantos problemas les están originando. Disfrutar del sol y de nuestro cielo de un tono azul intenso es una gozada para el disfrute de los turolenses y los que nos visitan. Si a esta presencia de luz solar y nuestro cielo, le añadimos los colores amarillos, ocres o rojos que presentan nuestros jardines o los árboles de los ríos Turia y Alfambra, conforman un todo armónico que le da mucho más encanto a mi ciudad.
Eso sí, cuando se pone el sol, bajan drásticamente las temperaturas. Siempre se ha dicho. ¿A que no sabes por qué se conoce si uno es de Teruel? Porque siempre llevamos una chaqueta o abrigo por si acaso.
Dejo un reportaje fotográfico de la ciudad en otoño convertido en una invitación para el paseo.