Ayer asistí a la manifestación que los vecinos del barrio de La Fuenfresca han realizado para protestar contra la instalación de una antena de telefonía de la empresa Vodafone en terrenos de la Parroquia.
Me choca de todo este asunto la irresponsabilidad del Sr. párroco actual para disponer de unos terrenos que si bien son propiedad de la parroquia, en su día fueron cedidos por el Gobierno de Aragón – La Fuenfresca todavía no pertenecía al Ayuntamiento.- para los fines propios de la Iglesia, y con la determinación tomada se está mercantilizando con dichos terrenos a razón de unos 6.000 euros anuales con la instalación de la antena. Desde luego que aquí, seguramente nos podríamos encontrar con el primer incumplimiento por parte de la Parroquia. Habría que saber que cláusulas se impusieron en la cesión del suelo y si contenían alguna salvaguarda sobre su uso. Por otra parte, con la aplicación del Concordato vigente, los templos están exentos de pagar el IBI. Curiosa contradicción.
Repasando la normativa vigente, aunque la competencia es estatal, -la normativa aragonesa, que la hay, es de las más permisivas-, la nueva ley estatal 9/2014, DE 9 DE MAYO, GENERAL DE TELECOMUNICACIONES, solo exige a la empresa una declaración responsable, fijada por el Ministerio de Industria, y no hay ni siquiera necesidad de sacar licencia de actividad municipal, por lo que sólo ante la presión a la empresa -Vodafone- y al Obispado por la responsabilidad que tiene sobre el asunto, se podrá retirar la antena. El Gobierno de Aragón también tendría que decir algo. Fueron los que cedieron los terrenos.
Por último quisiera recordar lo que ocurrió en nuestra ciudad a finales de los 80 y principios de los 90. Dos de los trabajadores de Telefónica que trabajaban a tiempo completo en las instalaciones de Telefónica en el Cerro de Santa Bárbara murieron de cáncer. El Comité de Empresa solicitó que se emitiera un informe para saber si la posible radiación soportada en sus años de trabajo pudiera haber tenido incidencia en la enfermedad padecida. Telefónica encargó un estudio a una empresa exterior que dictaminó que no se podía establecer relación alguna. La empresa a principios de los 90 desplazó a los empleados que trabajaban en las instalaciones del Cerro de Santa Bárbara a sus instalaciones de la C/ Yagüe de Salas aplicando el principio de precaución. Posteriormente, otros dos trabajadores que prestaron sus servicios en dicho Cerro, también murieron de cáncer.
La cercanía de la antena al parque infantil ha levantado la alarma de los vecinos. En el barrio hay más antenas, concretamente desde hace unos 14 años, en el Colegio La Salle y en el Edificio Galileo o todo el sistema de comunicaciones del Cuartel de la Guardia Civil.
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