Como todos los años por estas fechas las plantas asesinas regresan a nuestra ciudad. El ayuntamiento se emplea a fondo para evitar su contacto y de ahí que sean protegidas con altas alambradas por lo que pueda suceder. Hay otras que son castigadas y llevadas a otros puntos de la ciudad y por último están los árboles “enganchados” de los restos de alcohol y otros tipos de líquidos que durante unos días no paran de beber y beber. Los de El Óvalo sobre todo.

Como todos los años la ciudad se prepara contra el regreso de las plantas asesinas, enfermedad transitoria que dura escasamente veinte días.
Perdonad la ironía, pero la ciudad se está acondicionando para el Gran Botellón. Estaría bien que los establecimientos hosteleros cumplieran un fin social cuidando la imagen de la ciudad. Desde el 10 de julio hasta el 15 de julio al menos, deberían informar a los posibles visitantes del estado de la ciudad con la que se van a encontrar cuando intenten reservar.
Pese a todo, feliz Vaquilla y un poco más de civismo, empezando por los de casa.
Para cuándo la generalización de vasos reutilizables. Los peñistas deberíamos dar ejemplo.

En el Heraldo de Aragón nos lo anuncian
Arranca el blindaje para La Vaquilla
Un comentario en “El regreso de las plantas asesinas”