El próximo 31 de marzo un grupo de amigas y amigos vamos a participar en la manifestación en Madrid de la España Vaciada.
Ante todo indicar, como nos recuerda el director del Diario de Teruel, Chema López Juderías, que dicha manifestación es la historia de un fracaso.
Fracaso de los sucesivos Gobiernos Centrales que excluyeron a Aragón, y por lo tanto a Teruel, del Objetivo 1 comunitario.
Fracaso de los sucesivos Gobiernos Autonómicos que confundieron presupuestos extraordinarios con ordinarios, invirtiendo en Teruel con fondos extraordinarios cuando en Huesca y Zaragoza lo hacían con ordinarios. El fondo Especial de Teruel y el FITE es buena prueba de ello y lo que debería haber representado una doble financiación se convirtió en un cajón de sastre que igual servía para financiar grandes proyectos como para arreglar una carretera o un cementerio. Unido a la tardanza en aprobarlos, a los dineros que no se pudieron justificar y por lo tanto se perdieron y a la falta de autocrítica y evaluación de los efectos obtenidos.
En Madrid van a confluir muchas plataformas de provincias que tienen problemas parecidos. El caso de la provincia de Teruel es más sangrante pues partimos de una situación de desventaja provocada por la perdida de financiación con respecto a otras provincias integradas en comunidades autónomas, que si fueron incluidas en el Objetivo 1 comunitario, sí tuvieron.
Sin embargo, todo indica que el mayor número de inversiones, tampoco ha influido positivamente en el mantenimiento y aumento de su población.
Miguel Angel Gracia Santos, se plantea los siguientes interrogantes en su artículo «Desnudando la despoblación»:
«De todas maneras, cabe preguntarse: fondos, ¿para qué, concretamente? Y aquí la falta de respuesta es palmaria: ¿para más carreteras? ¿para más obras y ladrillo? ¿para “lo mismo de siempre”? La Comisión Europea se hace la mismas preguntas; es más, se pregunta qué hemos hecho -o dejado de hacer- para que, después de 30 años de entrada masiva de fondos estructurales en España y en sus regiones, dichos problemas estructurales (diferencias de renta o de empleo entre regiones, despoblación, dinámicas centro-periferia…) sigan presentes e incluso reforzados. No es la mejor carta de presentación, para seguir pidiendo fondos.
Al hilo de esto, hay que continuar preguntándose: ¿es la despoblación un problema? Y si lo es, ¿es un problema “de dinero”? Por mi parte, señalé en mis intervenciones, y he sostenido en este blog, que la despoblación es el síntoma de un proceso inherente a la dinámica de acumulación capitalista, que ha traspasado el punto de “no retorno” y que, dentro de dicho sistema, las políticas de “despoblación ” solamente pueden aspirar a aplicar “cuidados paliativos”. Y para saber si esos cuidados o políticas tienen éxito o no, habremos de tener caracterizado y cuantificado el objetivo: ¿cuándo consideraremos que damos por “solucionado el problema”? ¿cuando en 2030 la provincia de Teruel mantenga los mismos habitantes que en 2016? ¿cuando mantenga el mismo número de núcleos habitados? ¿cuando hayamos vuelto al volumen de población de 1900, o 1950…? Sólo con una definición precisa de los objetivos a alcanzar, podremos establecer estrategias y acciones, y saber si los fondos y recursos que se siguen aplicando tienen éxito y son eficientes».
Al final de su artículo, Miguel Angel Gracia, nos da las claves para enfrentarse al problema:
«Por tanto, hay que cambiar las estructuras de decisión, la forma en que se construye el pensamiento colectivo y, sobre ese pensamiento, se toman las decisiones. Para ello, quizás un primer paso sea dibujar el “mapa de actores” para la provincia de Teruel. Esta herramienta, muy útil en los procesos participativos de resolución de conflictos, permite saber quién es quién, quién manda -en este caso, en la provincia-, y cómo se articulan los mecanismos de mando. No necesariamente “manda” el que gobierna o preside: algunos empresarios, financieros, periodistas o terratenientes pueden estar jugando un papel muy significativo. El “mapa de actores” permite igualmente saber cuáles son los mecanismos de construcción de las “verdades sociales” y del “sentido común imperante”, y cómo dichos mecanismos permiten perpetuar el statu quo y alargar sine die la resolución de problemas…para lo cual se construye un amplio catálogo de excusas que se convierten en verdad asumida por todos, y que sitúa la responsabilidad fuera del territorio, o en manos de colectivos o personas “de dentro”, pero con menor peso en la construcción de la verdad social (“cabezas de turco”).
La reunión de Burbáguena puede ser un buen punto de partida:
4/3/2019
Mejorar la vivienda y fomentar la agroecología, las preocupaciones de los jóvenes de los pueblos
Más de 80 personas de todo Aragón se reúnen en Burbáguena para tejer redes y sacar adelante proyectos que impulsen el futuro del medio rural
